El fin del capitalismo: 4 posibles futuros

A menos que estés viviendo debajo de una piedra, o que seas de las ‘elites’ de la sociedad y estés leyendo esto desde una burbuja de privilegio, ya te habrá parecido que el mundo se está yendo al traste. O tal vez no el mundo, tal vez sólo el fin del capitalismo.

Es curioso ver en los medios ‘analistas expertos’ diciendo que se avecina una crisis sin precedentes. Que si la inflación, que si la energía, que si los alimentos, que si la guerra… Pero la triste realidad es que la crisis ya está aquí, ya lleva varios años existiendo y parece que nos esforzamos en negarlo.

¿Cómo es posible que la productividad nunca había estado tan alta en la historia de la humanidad, y la carencia parece ser más difícil de mitigar que nunca? Puedes estudiar y trabajar a lo bestia, ser tan capaz en lo que quieras, y aún así no podrás ser dueño de nada. Hoy prácticamente nadie puede comprarse una vivienda sin la necesidad de endeudarse por un cuarto de vida, ya nadie se puede jubilar ni tiene forma de asegurar una vejez sin trabajo, y ya ni hablar de acceso a la salud.

Somos esclavos del trabajo, de las hipotecas, de los créditos, pero la abundancia está por los cielos. Nunca se habían producido tantos autos, electrónicos, alimentos, bebidas, viviendas, ropa, películas, series, canciones, videojuegos, y mil etcéteras. Y no es un tema de sobrepoblación, el planeta tiene para darnos a todos lo que necesitamos, es un problema de distribución, y la distribución la dicta el capital.

La gran mayoría no somos dueños de nada, y parecemos estar ‘OK’ con ello, porque tenemos la doctrina de la meritocracia y cada quien tiene lo que se merece. La vida cada vez se vuelve más difícil para los ciudadanos de a pie, y más jugosa para el que está arriba. Hay algo esencialmente roto en el sistema, que sigue evolucionando, nos está destruyendo y nadie está cambiando. Pase lo que pase, de no haber un cambio sustancial, el rico se seguirá haciendo más rico y el pobre más pobre; aumentando la distancia al irse disminuyendo las clases medias y convirtiéndose en bajas.

Y esto solamente hablando en temas socioeconómicos, por el lado de la ecología y el calentamiento global también es una historia similar. Cada vez los desastres naturales son más frecuentes y más salvajes que antes, nuevas olas de calor que no se repetían hace décadas, lluvias más fuertes y devastadoras, inundaciones, etcétera. ¿Por qué nos esforzamos tanto en negar la realidad? Vamos avanzando hacia un barranco y nadie parece estar muy preocupado.

Y aquí la pregunta no es si el ser humano va a sobrevivir o no a esta crisis. La pregunta es: ¿Quién va a sobrevivir?

Los indicadores son evidentes, y podrá sonar muy atrevido este pronóstico, pero la sociedad y el mundo no podrá seguir mucho tiempo más como está sin que haya una evidente caída del sistema capitalista. Yo le doy unos 30 años, y estoy siendo conservador, pero yo sólo soy un viejo choto que abrió un blog y se puso a escribir blasfemias, desnudo y con un letrero que dice ‘el fin del capitalismo se acerca’.

Mejor conocer la tesis del libro ‘Four futures: Life After Capitalism’ de Peter Frase, un divulgador intelectual woke de izquerda que tiene mucho más idea del tema. Imaginarse un sistema económico diferente al capitalismo es muy complicado, pero este señor armó unos pronósticos interesantes y con buenos argumentos. ¿Qué viene después del capitalismo? ¿Algo mejor, o algo mucho peor? Vale la pena echarles un ojo a estos 4 posibles futuros que se plantea para los siguientes 50 años, así que vámonos por partes:

Automatización y cambio climático: catalizadores del fin del capitalismo

Existen dos grandes aceleradores de la caída del sistema. En primer lugar tenemos la automatización, provocando que las grandes compañías puedan reducir los costos de manera significativa, aumentando la productividad y disminuyendo sus costos utilizando menos personas para ser rentables.

A ver, este punto es bastante fácil de entender, bajo el capitalismo tenemos dos entes con ideales antagónicos que deben trabajar de la mano. En la esquina derecha del ring tenemos a los empresarios que quieren reducir costos por mano de obra (entre otros), y en la izquierda del ring a los mortales que quieren hacer que sus horas de trabajo sean mejor remuneradas. Claramente, van ganando los de la derecha.

No son raros los casos de empresas que, a pesar de tener operaciones millonarias y rentables, terminan recortando a empleados por cuestión de ‘costos’. Y no importa el caso puntual en el que estés pensando, la tendencia es automatizar, automatizar, y automatizar. ¿Qué tanta automatización se podrá seguir explotando sin colapsar? Sí, puedes tener millones de procesos automatizados y rentables, pero si las personas no tienen trabajo/dinero por haber sido automatizadas, ¿Quién va a comprar esos productos producidos bajo esquemas tan rentables? Esto, a muy resumidas cuentas, es algo que se le conoce como el colapso de la demanda agregada. El dinero fluye de manera casi unidireccional de abajo para arriba, pero eventualmente no habrá nada que fluya.

Por otro lado, hay que sumar los problemas del cambio climático. Que sí, son una realidad, y si te has dado cuenta la única forma de negarlo es por medio de propaganda. Nosotros lo estamos presenciando, no sé dónde vivas pero seguro ya estarás notando que el clima está un poquito raro. Más calor de lo normal, lluvias o nevadas más largas de lo normal, inundaciones, y demás. Esas anormalidades, no son coincidencias, pero mi punto no es convencerte del cambio climático. Lo que es un hecho es que el clima es un elemento clave para producir al nivel que lo estamos haciendo hoy en día. Si no hay recursos naturales, no se puede producir.

El gran problema del sistema capitalista y la ecología, es que es un mundo ficticio que se nutre de un mundo real. El dinero puede tener el valor que tú quieras, pero al final es parte del imaginario colectivo del ser humano. Los cochinos billetes y los números en nuestras cuentas bancarias, tienen un valor de intercambio entre los seres humanos, y el ser humano (como especie) puede imprimir tantos billetes o inflar tanto los números como quiera. Ese dinero está sustentado a cierto grado por algún recurso natural finito, cuando un sistema ficticio sin techo se sustenta de un sistema real con límites, la cosa como que no hace mucho sentido.

Todas las empresas e individuos siempre apuntan a ser más, a comprar más, a vender más, a ganar más, a lo que tú quieras agregarle ‘más’ (positivo obviamente). Y si no apuntas a más, es porque tienes una mentalidad mediocre, de estancamiento. Pero ¿Qué tanto ‘más’ pueden aguantar los recursos de la tierra?

Entonces, tenemos a la automatización y al cambio climático como los dos principales villanos que van a acelerar la caída del sistema. Y si lo piensas a profundidad, los catalizadores son factores internos potenciados por el mismo capitalismo, a esto se le llama simple y llanamente como implosionar. El sistema se va a tumbar sólo, porque el ser humano está muy ocupado con sus propios problemas como para cambiar el status quo, así que el sistema se va a tumbar a sí mismo para sacar al ser humano de ese flujo destructivo (para bien o para mal). Puntos extras para el capitalismo

Y después de esta larguísima y necesaria previa a los 4 posibles futuros… ¿Qué nos queda? A raíz de lo explicado en tan excelsos párrafos, nos queda entender en el mapa el rol de 2 variables en la ecuación del desastre que dictarán los posibles futuros que Peter Frase plantea en su libro:

  • Estructura socioeconómica: Jerarquía / Igualdad
  • Recursos naturales: Escasez / Abundancia

Exterminismo: Jerarquía con escasez

El fin del capitalismo - ciudad Neom

Uy… empezamos bravos. En el libro este es el último futuro que se plantea, pero yo lo pongo al principio porque es mi artículo y personalmente prefiero que me digan primero las malas noticias. Además de que este sería el escenario más probable si las cosas se mantienen tal cual están.

‘Socialismo o barbarísmo’

Rosa Luxemburgo

Este sería el escenario más pesimista puesto que implicaría una sociedad con una ‘elite’ que concentra la gran mayoría de los recursos naturales, y esos recursos son demasiado escasos para ser consumidos por el resto. Sería ya muy tarde para intentar hacer algo por la crisis climática, y el sistema capitalista se mantendría fiel a sus principios manteniendo los recursos y el valor producido de lado del capital.

La automatización elimina en gran medida el uso del ‘recurso humano’, y las personas no tienen forma de generar riqueza ya que las elites no tienen la necesidad de utilizar mano de obra para mantener su riqueza. Habría una gran masa de personas ‘inútiles’ desde el punto de vista de los que estén arriba del sistema.

Mantener a las masas relativamente ‘contentas’, implicaría una serie de maromas por parte de los gobiernos para aparentar que la situación está bajo control, acciones como subsidios de desempleos, refugio para los homeless, y demás acciones que no son más que parches que intenten cubrir un sistema roto. Sin embargo, la escasez de recursos va a orillar a las masas a movilizarse en contra de los que tienen el control de estos poco recursos. Y lo más probable es que se tengan que incurrir a esquemas totalitaristas para mantener un poco de orden en la sociedad, incluso represión por parte de fuerzas financiadas por instituciones privadas.

Por otro lado, los ricos también tendrían la posibilidad de mantenerse alejados del caos, por medio de proyectos parecidos al que ya se proponen como el de la ciudad desértica de Arabia Saudí. O simplemente huyendo hacia otro mundo como en la película de ‘Don’t look up’ pero eso ya es un poco más lejano (tal vez). El que tiene dinero se salva, y el que no, se muere. Así de simple.

Pero bueno, este es el caso más pesimista de todos. Los que siguen pueden ser un poco más alentadores, o menos aterradores, dependiendo la perspectiva de cada uno.

Rentismo: Jeraquía con abundancia

el fin del capitalismo - rentismo

Este escenario tampoco es muy bonito que digamos pero al menos puede ser un poco menos despiadado.

El ‘rentismo’ es el tipo de futuro que nos depararía si el ser humano llegara a superar los retos de la crisis climática, y logra mantener un buen nivel de recursos naturales por medio de energías renovables y cosas por el estilo, pero el esquema socioeconómico sigue siendo dictado por el capital. Las clases de arriba tendrán la posibilidad de seguir explotando los medios de producción y los recursos, acumulando más y sin restricciones. La automatización sigue favoreciendo sólo a los dueños de lo automatizado.

Hoy en cierta medida ya estamos viviendo un poco este esquema. Como decía en un inicio, cada vez somos dueños de menos cosas y estamos ‘OK’ con eso. A un nivel personal, vemos como cada vez son más las ‘cosas’ que no tenemos si no que más bien pagamos un acceso (o una renta) a ellas. Sí, tenemos acceso a miles de películas, canciones, videojuegos o lo que sea con todos esos populares servicios de streaming; pero sólo son accesos, en cuanto dejemos de pagarlos, se acaban.

Esos servicios de streaming pueden ser ‘insignificantes’ por decirlo de alguna manera, pero eso es el día de hoy, que las suscripciones no son sobre cosas que son estrictamente necesarias para vivir. En el futuro el sistema de suscripciones pueden ser llevadas a un nivel inhumano. Nuestra incapacidad de adquirir bienes de gran importancia, como una casa, va en aumento.

Recientemente BMW comenzó a ofrecer modelos de suscripción para que los dueños de sus autos puedan calentar sus asientos. Es algo ridículo, el auto ya lo venden con las características para poder calentar los asientos, ¿por qué el usuario (que ya compró el auto) debe pagar extra para calentarse las nalgas? Pero bueno, estos autos son de ricos y ya será su problema lo que hacen o no con su dinero. Pero imagínate que en un futuro, no tengamos ni la posibilidad de comprar un colchón, y la mejor opción sea rentarlo a empresas enormes como IKEA o algo por el estilo. Demasiado distópico pero no imposible.

Entonces en este futuro tendríamos una sociedad que lo tiene todo pero es dueña de nada. Como hay abundancia, y una regla del capitalismo es hacer utilidad con la escasez, se empieza a crear una ‘escasez artificial’ por medio de estos modelos de renta. Este tema ha sido planteado también por economistas contemporáneos como Yanis Varoufakis llamándolo como ‘Neo-feudalismo’ o ‘Tecno-feudalismo’.

Socialismo: Igualdad con escasez

Este escenario tiene las mismas circunstancias de recursos que los ya descritos en el primer escenario, la escasez se mantiene, pero la necesidad de oprimir a las masas o mantenerlas bajo un yugo por parte de las elites, desaparece. Esto definitivamente ya no tiene elementos capitalistas en el sistema, ya que como su nombre lo indica, se aplica el tan temido modelo socialista.

El reto de la sociedad sería cómo gestionar y utilizar esos recursos de la manera más optima posible. Con los avances de la automatización, principalmente de la inteligencia artificial, sería posible crear modelos viables para hacer una correcta distribución de recursos y tratar de optimizar lo producido. Manteniendo como prioridad a las personas y no la utilidad financiera.

Por otro lado, implicaría la colaboración de las naciones a un nivel igualitario. Hoy en día la riqueza entre las naciones está pesimamente distribuida. Está claro que los países de primer mundo explotan los recursos de las naciones más pobres y desestabilizadas para mantener su poder de producción y consumo. Para este escenario se necesitaría una economía planeada, y algunas naciones tendrían que renunciar a sus niveles de producción y consumo para que otras no lo resientan tanto. Filósofos y críticos del capital como Slavoj Žižek han planteado que una economía planeada a nivel global harían de este planeta un mejor mundo para vivir.

El ser humano no sería tan esclavo del trabajo puesto que los beneficios de la automatización se distribuirían, pero tampoco tendrían la libertad de consumir tanto como quieran. Dios da y quita. De cualquier forma, este escenario y el siguiente son una idea bastante utópica que hoy es prácticamente imposible siquiera de imaginar. Por defecto el socialismo y el comunismo son los malos del cuento, con esa idea crecimos y así se mantendrá. La codicia de algunos y la indiferencia de otros impiden que estos sistemas prosperen, pero este tema para otro post.

Comunismo: Igualdad con abundancia

Si ya es complicado imaginarse la vida sin el capitalismo, es aún más difícil imaginarse un sistema comunista funcional. En este escenario, el capitalismo ya hizo lo que tuvo que hacer al solucionar la escasez, y ahora distribuye los beneficios de manera igualitaria. El capitalismo fue necesario, se explotó a quien se tuvo que explotar, pero se hicieron notables logros en cuanto a producción y avances tecnológicos para que el ser humano (como especie) pueda vivir mejor.

Este posible futuro, libera a las personas del trabajo por medio de la automatización. No en su totalidad por su puesto, pero la mayoría de los trabajos que serían automatizados no estarían quitando el ingreso para subsistir a una persona. Ideas como la renta básica universal jugarían un importante rol bajo este esquema. Ya que las personas no tendrían la urgencia de tomar trabajos tan desesperados con una basura de sueldo, y podrían dedicarse a trabajar en algo que ‘los llene más’.

Para pensar viable esta posibilidad, tendríamos que salirnos un poco del pensamiento binario que muchos de nosotros tenemos: o te matas trabajando, o eres un huevón mantenido. No vemos viable la posibilidad de este futuro porque creemos que si todos tuvieran un ingreso garantizado, todos serían unos flojos mantenidos que no moverían ni un dedo por hacer algo de sus vidas.

Nadie tiene pruebas de lo que podría pasar en realidad, pero hay motivos para creer que no todos serían unos holgazanes que levantan la mano para pedir dinero y ya está. Seguro que sí habrá quienes no vayan a mover un dedo, pero con seguridad la mayoría hará algo por hacer algo productivo de su vida y aportar algo a la sociedad, sin la presión de tomar trabajos de mierda mal pagados y sin sentido. Además, si no existieran estas presiones de trabajar o morir, el estigma al rededor de las personas que no trabajan sería diferente, no sé si para bien o para mal.

Este futuro requeriría un gran cambio en la mentalidad de la gran mayoría de las personas. Pensar en el trabajo como un medio de aportar algo y no como un medio para subsistir es bastante utópico. Nuestras ideas del mérito y el esfuerzo tendrían que ser totalmente reconfiguradas, sería todo un reseteo de nuestros valores por defecto.


En fin, lo planteado anteriormente son posibilidades por supuesto. No se trata de profecías ni nada por el estilo, son futuros viables planteados con base en las tendencias que se están viendo hoy día. Y definitivamente este post se queda bastante corto explicando los cómos y los por qués, si este tema es de tu interés te recomiendo te leas el libro ‘Four futures: Life After Capitalism’. Bastantes cosas para pensar.

Muchas gracias por haber leído hasta este punto, espero que el artículo te haya resultado al menos un poco interesante. Si gustas apoyarnos puedes hacerlo compartiendo el artículo o dando clic en alguno de los anuncios que te aparezcan por ahí (porque de algo tiene que comer este cerdo antisistema que se echó este larguísimo artículo tratando de explicar algo).

3 ideas clave de Realismo Capitalista por Mark Fisher

Realismo Capitalista de Mark Fisher es uno de esos libros que llega a darnos de trompadas en nuestras ideas, además de que nos deja con el c*lo torcido y sin esperanzas de vivir en un mundo mejor. Sin embargo, es uno de los libros más brillantes que pudiera existir para despertarnos un poco de este mundo adoctrinado y sumido en el status quo. No es un libro feliz de esos que son ‘Bestsellers’ que te dice que la vida es tan bella como puedas imaginártela, más bien es un tanto crudo y difícil de digerir, pero si lo entendemos con el enfoque correcto, nos puede ayudar a ver este mundo con otros ojos y deprimirnos menos porque al menos lo entenderemos un poco mejor.

“No se puede ser feliz en la ignorancia. Esconder la cabeza debajo de la tierra tan sólo te creará una falsa sensación de felicidad que te llevará finalmente a tomar Prozac cuando menos te lo esperes.”

Eduardo Infante en referencia a ideas de John Carpenter y Shepard Fairey

Antes de entrar en materia, es importante hacer un gran paréntesis a todo lo que se dirá a continuación. A resumidas cuentas, todo el libro es una crítica y un análisis al sistema fallido capitalista. Muchos subnormales argumentarán que el capitalismo es la mejor opción, y que si no te gusta te largues a Cuba o Corea de Norte. Es el argumento más ignorante y cerrado que pueda existir, no porque critiques severamente ‘el sistema’ significa que defiendas otros. El ser humano lleva existiendo millones de años, y ninguna civilización se ha mantenido viva por tanto tiempo, lo que nos dice que hasta la fecha no hemos encontrado el sistema perfecto. Este es el tipo de adoctrinamiento capitalista que en algún punto toca Mark Fisher, es como si en la edad media plantearas a un ciudadano promedio que la iglesia y el señor feudal no tienen por qué estar en la cima de la pirámide. En la edad media era imposible imaginarse un sistema socioeconómico diferente al feudalismo, no obstante, hoy ya no existe. En fin…

¿Qué es el capitalismo? ¿Cómo escapamos del capitalismo? ¿Hay alguna alternativa? Son las preguntas más importantes al rededor de la tesis del libro. Preguntas que nuestra sociedad adoctrinada no se plantea porque el capitalismo está metido hasta la raíces del imaginario colectivo. Tratar de responder esas preguntas nos pueden ayudar a entender esta extraña matrix en la que vivimos y probablemente tomar acciones que puedan hacer un cambio (al menos en nuestras vidas). Toda la idea detrás del libro es increíblemente densa y relevante, es imposible hacerle justicia en un simple artículo, pero trataré de hacer mi mejor esfuerzo en explicar estos puntos sin tanta vuelta.

Es más fácil imaginarse el fin del mundo, que el fin del capitalismo

Fredric Jameson & Slavoj Žižek

Capitalismo como doctrina

El sistema capitalista no es simplemente un sistema socioeconómico, también es una realidad psicológica que se nos ha metido hasta las venas. Las bases del sistema se pueden resumir a producir y consumir, más allá de eso no hay más y, sin darnos cuenta, no podemos pensar en algo diferente.

No puede haber ejemplo más claro que el problema del calentamiento global. La respuesta a este problema es fácil de identificar, pero se sale del ‘abanico de opciones’ del ser humano. Lo esencial para poder lograr un cambio realmente sustancial es simplemente dejar de consumir y producir a lo bestia, y no ‘consumir y producir diferente’. No necesitamos más alimentos orgánicos, ni más autos eléctricos, o más productos ‘verdes’ de cualquier tipo, necesitamos dejar de consumir como cerdos de engorde. Pero esta solución no es solución porque saca de la ecuación la producción y el consumo. La gente prefiere no escuchar del tema o pensar que está poniendo de su parte porque usa popotes de semilla de aguacate.

El capital ha logrado otorgar de manera tangible el valor personal como valor de intercambio, lo cual es bastante peligroso en un mundo lleno de animales con egos insaciables. Nuestra humanidad se reduce a cuánto produces y cómo consumes. Convirtiendo a todo aquello que no produce o consume (y que muchas veces es lo que nos hace humanos) en meros discapacitados, piezas de museo o pérdidas de tiempo. El capitalismo ha logrado hacer realidad el sueño húmedo de cualquier religión existente y por existir. Las religiones ayudan a dar respuesta a las preguntas sin respuesta, como darnos un sentido de vida, algo por lo cual vivir, por lo cual luchar y por lo cual morir. El capitalismo también lo hace, pero de forma tangible. Nacer bajo este sistema nos hace crecer bajo la ilusión de que llegamos a un mundo que tiene todas las respuestas, y que además, son las respuestas correctas.

Todo lo que esté sujeto a la regla de producir y consumir es lo correcto, incluso sin importar que involucre explotación de recursos naturales o humanos, simplemente se bautiza como ‘progreso’. El capitalismo es el proveedor definitivo del progreso y la productividad. ¿Por qué habríamos de cuestionarlo o cambiar algo?

Sobre el sentido de la vida

El sistema nos transforma a todos en objetos que forman parte de un espectáculo. La mayoría de las personas van por ahí viviendo la vida en piloto automático, la gente nace con un sentido y un propósito por defecto. Pero… ¿qué ocurre cuando nos cuestionamos el sentido de la vida más allá de nuestro rol en el mundo capitalista? Estas preguntas pueden generar ansiedad a nivel crisis existencial. No se trata de una crisis existencial de no saber decidir entre ser doctor o estrella de rock, si no de cuál es el sentido de la vida misma y no de tu rol como persona en el sistema.

Realismo capitalista - Kurt Cobain

Mark Fisher utiliza el ejemplo de Kurt Cobain para ilustrar este punto. Él fue un artista que entendió perfectamente su rol en la sociedad, sabía que no era más que un accesorio del sistema, una estrella más de MTV. ¿Qué importa lo que haga, si algo más grande tomará mi lugar? ¿Qué importa lo que cambie, si alguien más lo hubiera hecho de todos modos? ¿Qué importo yo, si al final sólo soy un objeto en escenario? De cualquier manera, no eres “fundamentalmente tú”, eres un objeto moldeado por el sistema a base de deseo y espectáculo. Esto podría ser entendido a mayor profundidad con el libro de Slavoj Žižek: ‘El sublime objeto de la ideología’ y del cual espero profundizar más en algún futuro.

El capitalismo se fortalece de su propia crítica

No importa qué tanto luches contra el sistema, el capitalismo siempre va a lograr tomar esa lucha y hacerla suya, y te va a gustar (o al menos a la mayoría). El sistema puede hacer lo que quiera, y cuando sus acciones generan un mal tan evidente, la gente se da cuenta y busca la forma de manifestarse en su contra; pero el sistema siempre puede defenderse al convertir causas en ideología consumible, y les funciona.

Fisher ilustra este problema tomando como ejemplo la película Wall-E, producida por una de las compañías más grandes y poderosas que puedan existir. La película muestra un mundo distópico al cual se podría llegar por el ritmo radical de consumo del ser humano. Es una película de niños, sí, pero la vemos conscientes de que es algo a lo que el mundo podría llegar si las cosas se mantienen tal como están; con el sistema e ideología de consumo y producción que tenemos, más la ausencia de acciones para cambiarlo. El sistema capitalista no necesita ‘censurar’ o no permitir este tipo de contenido en los medios, porque, a pesar de estar consientes de que nos está llevando la v*rga y las razones, la sociedad está bien mientras pueda consumirlo.

Esto lo podemos ver en cualquier causa social o reclamo que puedas ver en el sistema. – ¿Estás inconforme sobre la discriminación a la comunidad LGBT? ¡Ah! Qué bueno que me dices, así agrego colores a mis logos y redes sociales para que te sientas cómodo consumiendo de mi empresa, no necesito cambiar nada que no sea cosa comercial o de relaciones públicas –


Estas son sólo 3 ideas de la primera mitad del libro, planeaba poner de todo el libro en un sólo post pero pensé que terminaría siendo muy largo y probablemente nadie lo termine de leer 💔 si veo que hay buena respuesta continuaré agregando más al post o publicando una segunda parte.

No sé si lo necesitas, pero por si las dudas, aquí puedes leer el libro en español en PDF aunque es escaneado y puede ser medio tedioso pero es gratis (porque nos sentimos cerdos antisistema). En inglés lo puedes comprar en cualquier lado.

Muchas gracias por haber leído hasta este punto, espero que el artículo te haya resultado al menos un poco interesante. Si gustas apoyarnos puedes hacerlo compartiendo el artículo o dando clic en alguno de los anuncios que te aparezcan por ahí 😬

¿Cómo leer más rápido y entender mejor?

Leer es una de las actividades más importantes en nuestras vidas, naturalmente buscamos leer más rápido para absorber tanta información como podamos. Ni siquiera tengo por qué convencerte de ello, si abriste este artículo es porque ya lo sabes y buscas adquirir tanto conocimiento como puedas por medio de la lectura. Acá te cuento los fundamentos para leer más, más rápido y tener una mejor comprensión. Advertencia: no se logra de la noche a la mañana.

Lamento decepcionarte un poco pero no hay secreto para leer rapidísimo y retener tantísimo, así que te recomendaría dejar de buscar cómo hacerlo. Probablemente allá afuera (en google) te encontrarás con miles de cursos o tutoriales para leer rápido, déjame decirte que los tipos que venden o hacen esos tutoriales no saben de lo que están hablando o te mienten a propósito. Ellos sólo quieren tu dinero, view, like, share o lo que sea.

Pero bueno, la idea no es que te vayas de este post decepcionado o pensando que lo que escribo es pura charlatanería. La verdad es que sí se puede leer muy rápido y retener más, la cuestión aquí es que no es por medio de esos métodos que te encuentras por ahí como:

  • Escanea de arriba para abajo y no de lado a lado.
  • No lleves tus ojos hasta el final de los renglones y mantente en el centro de la hoja.
  • Lee por bloques y no por palabras.
  • Apunta con un lápiz por donde pases la mirada.

No lo hagas… por favor.

Acá te voy a decir los secretos (no tan secretos) de como lograr una lectura rápida y de mayor comprensión:

1. Comienza a leer todos los días

¿Cómo? ¿Esto es un tip para leer rápido?

Por su puesto que sí lo es, y aquí viene el “disclaimer” sobre la lectura rápida: No hay resultados inmediatos. Muchas personas van por ahí pensando que es posible leer rápido porque uno puede mover los ojos sin límites y mantener la mirada pegada a las páginas. No señores, así no funciona esto.

Si bien es cierto, leer no exige mucho en cuanto temas físicos, y esto es lo que hace pensar que con un curso express se puede “aprender” a leer más rápido. No puede haber nada más alejado de la realidad. Leer es casi como correr o hacer cualquier ejercicio físico. Uno no puede esperar tomar un curso express que lo haga correr como Usain Bolt, sería demasiado ingenuo pensar que eso es posible. Lo mismo pasa con la lectura.

Pasar tus ojos por encima de las letras y estar haciendo relaciones de esas palabras en nuestras neuronas consume energía. Nuestro cerebro por su puesto que también demanda sus calorías y de cierta forma también desarrolla músculo. La mejor forma es empezar a leer todos los días, dedicarle tiempo de verdad, y poco a poco la velocidad irá incrementando de manera natural.

Entonces, comienza a leer de poquito en poquito. Ni siquiera pretendas leer 1 capítulo completo al día de cualquiera que sea el libro que estás leyendo, te va a frustrar que no lo vas a lograr y termines dejando el libro y tus intentos de leer más. Lee un par de páginas, o las páginas que puedas leer sin perder la concentración (que es otro punto).

Es mejor -leer un par de páginas al día- que proponerte -leer un capítulo completo al día- y terminar leyendo nada

Esta frase la leí en algún libro y (por idiota) no anoté pero se me tatuó en el cerebro. Crédito para un héroe sin capa.

Entonces ponte a leer ya y comienza a acostumbrar a tu cerebro a un hábito de lectura diaria. La mejoría la estarás notando poco a poco, pero no te estreses si tarda en llegar, dedícale tiempo, no es fácil.

Básicamente leer más rápido y retener más va simplemente de tener un hábito fuerte de lectura. Entre más lees mejor te vuelves, por eso los siguientes puntos van un poco orientados hacia cómo generar ese hábito para que eventualmente se logre ser más rápido leyendo.

Leer más rápido

2. Empieza leyendo libros fáciles de entender

Este punto es clave, el anterior también pero digamos que es un poco más natural ya que es práctica, este segundo punto yo diría que es lo que va a determinar si vas a seguir el camino de la lectura o vas a preferir buscar resúmenes de libros.

Todo mundo sabe que hay libros de diferentes dificultades, pero no nos gusta aceptar que no somos capaces de leer los difíciles -ni siquiera los ligeramente complejos-. Esta es una batalla con el ego, podrá parecer grosero, pero si nunca has tenido el hábito de la lectura no intentes empezar leyendo libros como “Crítica de la razón pura” por hacerte el intelectual; no terminará bien. Si hay algún charlatán por ahí que se jacte de leer 20,000 palabras por segundo con un 85% de retención lo reto a que lea ese libro de filosofía y después hablamos.

Hay ciertos temas que simplemente exigen más CPU de tu cabeza y no es posible darles una lectura rápida. Aquellos libros que exigen mucho intelecto son mala idea para intentar inculcar el hábito de la lectura que eventualmente nos lleve a leer más rápido y entender mejor.

La recomendación es comenzar el hábito con libros sencillos y que sean muy entretenidos. Busca alguna lista de los libros más vendidos de -inserte género favorito- y comienza por ahí, naturalmente, los libros más vendidos son los más fáciles de entender y son interesantes. Otro consejo podría ser leer libros sobre historias que tienen adaptación a película o series, al estar un poco más familiarizados con las historias nos harán engancharnos más con la lectura.

El punto anterior hace mancuerna con este. No puedes adoptar el hábito de la lectura si comienzas leyendo libros que te cuestan trabajo entender o de lleno no entiendes. Vas a terminar adoptando una mentalidad de “leer por leer”, como si fuera tarea de la escuela. Leer debe ser una actividad de disfrute, no de obligación.

Por otro lado, también necesitas superar ese trauma de terminar cada libro que empiezas. Al parecer al ser humano le genera mucho conflicto dejar cosas incompletas, y aún así, no deja de hacerlo. Lo mismo con la lectura, si empiezas a leer un libro y no te empieza a atrapar, sin remordimiento déjalo inconcluso. No pasa nada, de verdad, lo único que va a generar terminar libros por tacharlos de la lista es que odies leer y dejes de hacerlo.

3. Cuando leas: sólo dedícate a leer

Estar constantemente distrayéndonos es algo que evita que leamos rápido o que retengamos lo que comprendamos. A nuestro al rededor siempre hay cosas que nos pueden distraer, desde el celular hasta la mosca que vuela.

Cada cabeza es diferente, pero por lo general la concentración de la mayoría es muy fácil de romper. A menos que seas un monje tibetano que puede poner todo su ser en una tarea, trata de aislarte lo mayor posible de cosas que te puedan distraer.

Yo sé que has visto gente en el transporte público, por ejemplo, leyendo mientras van de camino al trabajo o donde sea. Es normal querer optimizar nuestros tiempos y desperdiciar lo menos posible. Pero si no estás acostumbrado a leer, vas a perder la concentración a cada rato y volverte a enfocar sólo va a terminar en una lectura de muy baja comprensión.

Aquellas personas que van leyendo en vía pública, o en lugares con mucho ruido, ya tienen el hábito de la lectura bien desarrollado, o no están entendiendo mucho de lo que leen y sólo lo están haciendo por pretenciosos.

Algo que también nos ocurre mucho cuando leemos, incluso en lugares silenciosos, es que nos distraemos con nuestros propios pensamientos. Puede haber mil cosas pasando por nuestras vidas que no nos dejen concentrar en la lectura. Por ejemplo, si tenemos problemas de deudas y por coincidencia en la lectura se menciona “deuda”, comenzaremos a pensar en nuestro problema mientras seguimos pasando los ojos por las páginas. Y de repente, habrás avanzado 2 páginas “leídas” mientras estabas pensando en otra cosa. Siempre vamos a tener esos pensamientos que rompan la concentración, en cuanto sucedan es mejor dejar de leer y retomar después cuando estemos un poco menos dispersos.

Creo que es tan obvio que no es necesario hacer mucha mención del celular y las notificaciones. Mientras lees, apágalas, que se incendie el mundo por 20 minutos de lectura, te juro que no va a pasar nada.


Como habrás visto, más allá de tips y trucos para leer más rápido y entender mejor, lo que uno necesita es desarrollar un fuerte hábito de lectura. Entre más leamos, vamos a adquiriendo más velocidad para pasar nuestros ojos por encima de las letras sin perder la concentración y recordando mejor. Entre más leamos, vamos a tener más aguante para mantener nuestra concentración y poder leer libros “en una sentada”.

En resumen, si queremos leer más rápido y retener mejor pero no tenemos el hábito de la lectura, empecemos leyendo todos los días, un libro sencillo, en ambientes con muy pocas distracciones y la mente despejada. Cuando te sientas cómodo leyendo por un tiempo prolongado sin perder la concentración, comienza a leer cosas más complicadas. Al decir por un tiempo prolongado puede ser tan sólo 30 minutos, al principio, estar 30 minutos al hilo sumidos en una lectura sin desconcentrarte es demasiado complicado (haz la prueba).

Es muy importante también tener claro el por qué queremos leer tanto. Qué prisa tienes por leer tantos libros como sea posible? En serio, sin importar qué tipo de lectura, no entiendo cuál es la necesidad de querer leer tan rápido.

Libros de negocios o autoayuda? No por leer 35 libros de negocios y emprendimiento en un año te vas a hacer un crack en el tema; nada más lejos de la realidad. Libros de ficción o novelas? No por leer 40 libros de ficción al año vas a disfrutar más las historias. Cuál sería el punto leer tanto y tan rápido? Ser pretenciosos?

Hace un par de años escribí un post sobre cómo leer mucho, este artículo es una versión mejorada y más acertada que aquella. Pero me gusta mantener registro de mis pensamientos, así me doy cuenta si voy progresando como ser humano pensante.

Las buenas cosas merecen su tiempo, y los libros que te atrapen los terminarás en menos tiempo (naturalmente) aunque no tengas “habilidades de lectura rápida”. Busca buenas lecturas, disfrútalas, y no te agobies si al poco tiempo se te olvida de qué van; no es como que alguien te vaya a hacer un examen sobre lo que leas.

Cambiar de opinión o acostumbrarte al estancamiento

La ventaja de escribir y no ser famoso es que nadie te lee. Entonces si estás pasando tus ojos por estas palabras, seguramente me conoces personalmente o por alguna razón demasiado extraña llegaste aquí. Y digo que nadie lea lo que escribo es una ventaja porque tengo la libertad de cambiar de opinión como si se tratara de calzones.

La realidad es que cuando uno no es una figura pública o algo similar, su opinión vale 3 kg de chorizo. Tu opinión sólo le medio importa a tus conocidos más cercanos, familia, amigos etc. pero tampoco es algo tan relevante. Esto parece ser algo malo pero en realidad es uno de los privilegios más grandes que uno puede gozar.

Hoy puedes pensar que vibrar alto es lo más cool y verdadero del universo, y mañana decir que vibrar alto es la pendejada más grande que a alguien se le haya ocurrido. ¡Puedes hacerlo! y lo más importante… debes hacerlo.

Castigar el cambio

Últimamente se ha hecho más evidente el linchamiento mediático o castigo para aquellos que cambian de opinión. Si alguien tenía una opinión contundente sobre algo, pero posteriormente cambia su postura, es motivo para calificarlo como incoherente. ¿Entonces en el momento que uno decide postular una idea al aire tiene que comprometerse con esa idea hasta que se muera?

Por este mismo castigo y ridiculización que uno recibe por los demás, es que las personas odian reconocer que cambiaron de opinión, porque es estar conscientes de que se equivocaron así que prefieren no hacerlo. Todo se vuelve un círculo vicioso, la gente no cambia de opinión porque no quieren aceptar “el error”, y los que linchan a los que piensan diferente nos les permiten cambiar porque de igual manera los van a linchar por incoherentes. ¿Me entiendes a lo que voy?

Eso lo podemos ver todos los días en Internet, con políticos, influencers o cualquier tipo de figura pública que tenga opiniones contrarias a las de la mayoría. Pero como te decía en un inicio, nosotros tenemos el privilegio de cambiar de opinión y que sea irrelevante para cualquiera.

Cambiando ando

Yo personalmente era partidario del emprendimiento y temas de “échale ganísmo”. Podrías darte cuenta solamente con leer un par de artículos publicados anteriormente a este. Tenía la firme idea de que cualquiera puede lograr todo lo que desea, o al menos acercarse un poco. Todo esto surgía gracias a libros de negocios, emprendimiento, y en general de superación, que me hacían ser un defensor de esta mentalidad.

Sin embargo, al comenzar a leer otros libros que contrariaban bastante lo anterior, comencé a modificar mi opinión sobre todos estos temas. Al principio me generaban conflicto, una especie de crisis existencial que me hacían sentir desperdiciado. Sin estar seguro de cuál debería ser el punto de vista o la opinión correcta. Hasta ahora sigo sin saber cuál es el punto de vista correcto, pero he tomado la decisión de cambiar mis ideas; porque encuentro más motivos para creer que estaba equivocado que motivos para mantenerme como estaba.

Me parece que lo mejor que puede hacer uno en la vida es poner a prueba sus convicciones. Aunque parezca una tortura extraña, tratar de convencerte en cambiar de opinión es lo que puede reforzar mejor lo que piensas o tener fundamentos para cambiar.

Por ejemplo, uno puede ser una persona totalmente pro-aborto y tener sus razones, pero nunca ha intentado entender a los que son pro-vida (y viceversa). Porque unos descalifican a los otros sin escuchar razones. No han intentado persuadirse por sí solos a pasarse al otro bando. Si vas a tomar una postura, antes te invito a tratar de convencerte a pasarte al otro lado, si no lo logras, entonces probablemente estarás en el lado que, con fundamentos, consideras el correcto.

Si nunca has cambiado tu postura sobre algo, tal vez no estás teniendo pensamiento crítico y tomas posiciones nada más porque sí. Toma el privilegio de que a nadie le importa lo que opines, pon tus ideas en situaciones incómodas y asegúrate de que tus opiniones o creencias pasaron por un buen filtro y análisis antes de adoptarlas fervientemente.

Sobre “El juego de Ender” de Orson Scott Card

Si nunca en la vida has leído Ciencia Ficción, esta es una excelente obra para introducirte en el género. Otro libro ideal para hacer eso es la “Trilogía de la Fundación” por Isaac Asimov. Sin embargo, en “El Juego de Ender” se tiene un elemento muy particular que es un apego a un personaje principal, cosa que en Trilogía de la Fundación no ocurre realmente.

No estoy comparando obras, ambas son unas joyas, sólo hago la mención porque el género de Ciencia Ficción no es precisamente el más sencillo de abordar. Y no porque sea difícil de entender, sino porque si empiezas con obras increíbles, aunque un poco más avanzadas (como Hyperion), tal vez no le agarres mucho cariño al género por lo confuso que pude ser. Cuando lees ciencia ficción habrá cosas que no logras entender en el momento que las estás leyendo, pero más adelante todo comienza a tomar sentido. A veces como lectores nos gusta estar inmersos en la historia entendiendo todos los por qués y los cómos o de lo contrario nos sentimos incómodos al seguir avanzando, con la ciencia ficción uno tiene que aprender a vivir con ello.

Soy fiel creyente de que a cualquier persona le puede gustar cualquier cosa, siempre y cuando sea introducido de la forma correcta. Tal vez es una percepción mía y en realidad no entiendo nada de lo que ocurre, en fin…

Si estás pensando leer el libro, debes saber:

Sobra decir que hay una película que salió al público en el 2013, y pues no fue exactamente la mejor evaluada. Se siente muy apresurada, cortan momentos importantes en la historia, el desarrollo de los personajes es pobre y demás. Entonces la verdad es que no es una cuestión para decir “para qué leer el libro si puedo ver la película”. Porque como es costumbre:

Estuvo mucho mejor el libro.

Tu amigo el mamador
El juego de Ender versión de Bolsillo

Por su puesto que la película no le hace justicia a la historia. La maldita historia se ganó los premios “Nebula” y “Hugo” en 1986. No hace falta conocer estos premios en realidad, son premios mamalones y ya está. De hecho, Orson Scott Card, ha sido el único autor que ha ganado ambos premios dos veces consecutivas, la primera con el “Juego de Ender” y la segunda con la continuación de la saga de Ender: “La voz de los muertos”. Éste segundo también es un gran libro, pero me lo guardaré para otro artículo.

Entonces sí, la historia es bastante buena, desarrolla muy bien a los personajes principales, es muy fácil de seguir, las descripciones no dejan dudas sobre lo que pasa y cada elemento tiene su razón de estar. Algunas cosas parecen no ser relevantes, pero son clave para conectar con el siguiente libro. Pero aquí estamos hablando de la forma del libro, ahora nos concentraremos en el fondo, que es donde encuentro lo más interesante.

Sobre el fondo de la historia (ojo: a partir de aquí hay spoilers)

A simple vista parece una historia de un chamaco super dotado que por alguna razón nació para darle en la madre a una raza alienígena que amenazan con destruir a la humanidad. Pareciera que es una historia simplona, de guerras espaciales y argumentos entretenidos para adolescentes, pero no, el mensaje disfrazado en la historia va más allá que una guerra espacial.

En realidad lo que se puede ver en la historia son temas de doctrina y fe ciega en las instituciones humanas. Porque tenemos a un Ender, que sin deberla ni temerla, es el responsable (o indicado) de eliminar la amenaza de los insectores sobre los humanos. Es un morrito como de 8 años cuando se lo llevan a la escuela de batalla, sólo porque aparentemente tiene esta mentalidad de ganarle al enemigo tan duro en la primer pelea para que no haya una segunda, entonces en automático, por hacer “fatalities” ya habrás ganado la guerra y no sólo la batalla.

Obvio que la historia no es perfecta, y uno de los fallos que encuentro es que nunca quedó claro, es si Ender era alguna especie de modificación genética para que fuese un excelente capitán. Ya que al parecer, el hecho de que tenga un balance perfecto entre agresividad y empatía no fue coincidencia. Porque su hermano, Peter, resultó ser super agresivo y su hermana, Valentine, super mancita.

Lo importante de todo esto, es que Ender crecer al rededor de una doctrina que lucha por la supervivencia del ser humano. Siempre le entrenan para ser el capi más buenazo de la historia, pero nunca le dicen por qué debe serlo, solamente diciéndole que es algo que debe hacer por el bien de la humanidad. Que los insectores hace unos 80 años se agarraron a palos con los humanos, matando a varios pero al final cayendo derrotados gracias al gran “Mazer Rackham”.

Para Ender todo se trata de juegos, en la escuela de batalla sólo se trataba de eso, juegos y después en simulaciones muy reales sobre la guerra. El gran shock llega cuando al final de todo se va enterando de que en realidad no saben si hay una necesidad de volverse a agarrar a palos con los insectores. Porque son una especie que atacó pero nunca volvió a hacerlo, además de que nunca se ha llegado a algún diálogo con ellos; que todo se resumía a mera supervivencia. Y ahí es donde una de las frases más interesantes del libro:

La naturaleza no evoluciona a las especies sin instinto de supervivencia

Orson Scott Card

Entonces Ender, con su gran empatía y bondad empieza a cuestionarse si realmente es el camino correcto. Pero al final, es un soldado, es sólo una herramienta para las cabezas que dirigen a los humanos. Algo así como: “No importa lo que él piense o sienta, importa lo que puede hacer con nuestras órdenes”. Entonces engañan a Ender con una “simulación” que en realidad no era una simulación sino que estaba ordenando a otras tropas que estaban ya cerca de los insectores y aniquilaron a toda la especie.

Finalmente Ender queda como el “héroe” que erradicó en su totalidad con una especia alienígena que amenazaba la supervivencia del humano. Pero a fin de cuentas, la sociedad lo puso en un pedestal como héroe, pero en realidad se había convertido en un genocida sin su consentimiento, porque no fue más que una herramienta. Todo esto es lo que conecta con la historia del segundo libro “La voz de los muertos”.


Para cerrar

Eso es de lo que realmente se trata el libro, o al menos como yo lo interpreté. No es una historia superficial de guerras entre humanos y extraterrestres. Es más bien un mensaje hacia este “instinto de supervivencia” que ciega el razonamiento humano y lo convierte todo en una dicotomía de “ellos contra nosotros”.

No es un tema que únicamente se pueda ver en el caso de humanos vs cualquier otras especies, es algo que se puede ver entre humanos contra mismos humanos solamente por el aparente hecho de ser de diferentes razas.

Cuando lo mismo que nos une es lo que nos separa

En este artículo nos vamos a poner un poco profundos y reflexivos. Este es un tema bastante interesante en el que todos estamos inmersos todos los días pero no nos damos cuenta, o ignoramos a propósito.

Estaba leyendo el libro de Sapiens: de animales a Dioses, de Yuval Noha Harari, y vaya libro. Aún no lo termino, en realidad sólo llevo el primer capítulo pero me dio suficiente para irme para atrás y decidir escribir este artículo antes de que se me fuera la idea; porque para mí fue como una epifanía (o algo raro que pasa en la cabeza cuando te das cuenta de algo tan interesante que siempre ha estado ahí).

La idea, básicamente, es que al humano lo unen constructos sociales inventados por el mismo humano. Uno puede estar totalmente seguro de la tangibilidad de elementos como los ríos, árboles, animales, etc. Y por otro lado, no hay forma de ver tangibles los elementos como las nacionalidades, religiones o incluso empresas. Sin embargo, estos elementos intangibles son los que nos mantienen unidos como sociedad para que no nos pelemos entre nosotros o desorganicemos.

En el libro de Harari, teorizan que en los primeros grupos de Homo Sapiens hace miles de años, no había forma de mantener unidos y pacíficos a más de unos 100 homo sapiens juntos. Porque siempre destacaban líderes o “machos alfa” con diferentes ideas y comportamientos. En los grupos grandes sólo era cuestión de tiempo para que hubieran peleas internas que terminaban en separaciones por lo que era prácticamente imposible crear sociedades grandes. Pero esto se terminó cuando llegaron constructos sociales, creados por la imaginación, a poner orden.

Al parecer, el humano por naturaleza está destinado a no poder estar en armonía con otros humanos a menos de que algo los una. Y en este caso, eso que nos une son cosas imaginarias que nosotros mismos nos inventamos que ya mencioné.

Ponte a pensar en ello a profundidad, a lo largo de la historia han habido infinidad de religiones, imperios, naciones, compañías que han llegado y se han ido así sin más. Ninguna de ellas con la capacidad de ser percibidas de forma tangible, o que podamos asegurar de alguna manera que realmente existen. Son constructos imaginarios hechos por el mismo humano.

Hoy en día somos parte de un grupo social, establecido por ese constructo imaginario. ¿Cómo tangibilizas que eres de la nacionalidad que dice tu pasaporte? Un factor que se determina totalmente de la geografía y la suerte de dónde naces. La humanidad está en un acuerdo social (salido de la imaginación) que tales ubicaciones y fronteras corresponden a X o Y países. Estos constructos están tan adentro de todos los humanos que es considerado un loco si alguien se opusiera al “hecho” de que es de X nacionalidad porque su nacimiento fue en un lugar que el humano determinó como X país.

Espero no estar pareciendo un loco anarquista “anti-sistemas” o algo por el estilo. Sólo quiero que surja la duda en nuestros adentros y estemos más conscientes de nuestro sistema (la matrix).

“La cordura no es estadística”

George Orwell – 1984

Lo que nos separa

Espero haber podido explicar correctamente el hecho de los constructos imaginarios que nos mantienen unidos. En realidad, no necesita mucha explicación, sólo es cuestión de que veas tu situación y te des cuenta que “Ser mexicano y católico” une tu vida con otras personas, y lo que tienen en común es haber nacido en el mismo lugar y tener rasgos físicos similares.

En fin, esto mismo que nos une es lo mismo que nos separa de otros humanos. Es muy interesante como en la canción de “Imagine”, John Lennon se pinta como un loco (o un soñador) por imaginar un mundo sin divisiones de nacionalidad o religión. Cuando en realidad, las nacionalidad y religiones salieron de la imaginación del humano. ¿Soy el único que piensa que esto es irónico o ya se me reventó la tacha?

¿Por qué sentimos más empatía por las desgracias que le pasan a nuestros “compatriotas” a comparación de los que no lo son? El odio que se puede generar hacia otros humanos por el mero hecho de no ser de nuestro país, religión, o grupo social, lo que sea, no tiene fundamentos sólidos. Sólo un montón de patrañas sacadas de las nalgas del ser humano.


No es que quisiera un mundo donde no existan estas divisiones tampoco. Porque es cierto que estar unidos por cualquier cosa que fuera siempre es bueno para las sociedad. De no haber estos constructos imaginarios, seguramente estaríamos hundidos en una situación tipo “Mad Max” (y sin exagerar). Lo que busco únicamente es despertar la duda o la consciencia de nuestra situación. Y también, pensar dos veces antes de echar odio o indiferencia hacia otras personas por no ser de nuestro “grupo”.

Cómo sacarle más jugo a los libros que leemos

En los últimos meses he estado leyendo más de lo que me pude imaginar capaz. Cualquiera podría hacerlo, sólo es cuestión de ajustar prioridades y cambiar perspectivas. En un artículo anterior ya hemos hablado de cómo leer libros a lo desgraciado sin tener “habilidades” de lectura rápida y esas cosas.

Y sí, ya van varios meses en los que más o menos he leído un libro a la semana, dependiendo la longitud, a veces más a veces menos. En fin, estoy cumpliendo lo que quería que era leer 4 libros al mes, todo para ver si de alguna forma mi vida cambiaría después de un año sin fallar. Ya llevo unos 8 meses, aún no termino el año que me propuse pero a estas alturas ya puedo sacar algunas conclusiones.

¿Todos los libros aportan algo?

Creo que existe esa falsa creencia de que leer un libro siempre es bueno, lo que nos hace creer que la cantidad de libros que leemos tiene algún impacto. Ahí mi primer error, en todo este tiempo he leído uno que otro libro que no me ha aportado casi nada. Al principio, traía una obsesión de no dejarlos incompletos, conforme iba avanzando me daba cuenta que no valía la pena perder tiempo en libros que no aportan nada y los dejaba incompletos; a pesar de que ya los hubiera pagado (y no eran baratos).

Con esto no quiero decir que hay libros por ahí que no valen nada, más bien, hay libros que no encajan con nosotros o con nuestros tiempos. Y es normal, algunos títulos venden bastante bien y el contenido resulta no ser lo que esperábamos.

La primer lección para sacarle jugo a lo que leemos, y algo que he mencionado ya en varios artículos anteriores, es: No te obligues a terminar libros que no te están aportando nada. Sin remordimiento, déjalos incompletos y tal vez después vuelves a intentarlo. Nuestro tiempo es demasiado limitado como para perderlo leyendo cosas que no nos aportan.

Libros para nuestras circunstancias

Bueno, como ya dije, hay libros que simplemente no encajan con nosotros por nuestras circunstancias o nuestros tiempos. No me sirve de nada leer sobre emprendimiento si nunca he tenido ganas, o siquiera la curiosidad, de hacerlo. Aquí entra algo que alguna vez leí en algún lugar y ya no recuerdo dónde pero se me quedó muy grabado: En este mundo hay dos tipos de lectores, los accidentales y los intencionales.

Era una simple frase, pero creo que no requiere mucha explicación. Aquellos lectores accidentales son los que por azares del destino, alguna recomendación o por alguna fuerza extraña deciden leer un libro que no estaban buscando. Un lector intencional podría ser alguien que quiere emprender, entonces busca leer todos los libros de negocios que se encuentre en su camino. Evidentemente las posibilidades de encontrar contenido de valor en lo que leemos es cuando somos lectores intencionales.

Necesitamos encontrar temas de nuestro interés, y con base en ello, hacer las elecciones de lo que queremos leer. Si hay algo que abunda en estos tiempos es la información.

¿Cómo almacenar tanta información?

La realidad es que no se puede. No somos máquinas para almacenar cantidades industriales y tampoco necesitamos recordarlo todo.

Yo diría que leer es como ver series de televisión. Ponte a pensar en todas las series que has visto, obviamente no te acuerdas a la perfección de ellas. Sin embargo, recuerdas los momentos importantes o aquellos que fueron un parteaguas en la trama. Si has visto una serie 2 veces, seguramente en algún momento dices: “Ah caray! Ya no me acordaba que pasaba eso”. Pues justo así pasa con los libros.

Tampoco es que tengamos una obsesión por recordar absolutamente todo lo que ocurra en una serie. No andamos sacando apuntes por capítulo con lo más importante de lo ocurrido. Pero bueno, obvio con los libros es distinto, porque en teoría lo que nos aportan es algo que deberíamos registrar en nuestras cabezas para darles uso en algún punto de nuestras vidas.

El problema es que los libros están llenos de información valiosa pero la mayoría podrían ser considerados como “rómpase en caso de emergencia”. No es como que en cuanto cierres un libro ya empieces a aplicar todo lo aprendido. O mencionar en tus conversaciones lo que aprendiste, vas a parecer un auténtico mamador pretencioso.

Para poder lidiar con eso, la mejor opción es apuntar en qué parte está la información para que cuando haya un incendio podamos volver a ella fácilmente. Subrayar los libros o anotar en el libro no funcionaría tanto, porque se queda adentro del libro y tienes que andar hojeando. Lo mejor es escribir en tu app de notas o tu libro cosas como: “Esto me va a servir cuando quiera andar de pretencioso en una conversación – Título del libro – Página X”

Así tendrás una libreta maestra o un nota maestra (dependiendo si eres old school o no) en donde estarán toda tu información de categoría “rómpase en caso de emergencia”. Es de los hábitos que más me han servido y que dudo dejarlo. Es como armar un índice, es rápido, es fácil y más útil que hacer resúmenes o anotaciones detalladas.

Entonces, para resumir, son 3 cosas las que me han funcionado para aprovechar más los libros que termino:

  • No perder tiempo en libros que no aporten nada
  • Ser lector intencional
  • Hacer un índice de conocimiento

No es una guía definitiva, pero son cosas que me arriesgaría a decir que a cualquiera le funcionarían.

Artículo originalmente publicado en Brain Boost

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