Hace algún tiempo me encontraba leyendo “El cuento de la criada” de Margaret Atwood. Una obra maestra de la literatura distópica, uno de mis géneros favoritos de los que ya he hablado anteriormente en este post sobre “1984” y “Un mundo feliz”. Sin embargo, el libro de Atwood no me gustó nada, ni siquiera pude terminarlo y lo dejé incompleto a poco menos de la mitad.
¿Está sobrevalorado el libro? ¿No sé apreciar este tipo de obras? ¿Es muy avanzado para mi comprensión? ¿Quién está mal? ¿Los casi 100 mil reseñas positivas en Goodreads del libro o yo?
Estoy seguro de que no soy el único al que le ha pasado. Lees un libro muy famoso de un género de interés pero no logras engancharte en absoluto. Y hasta nos sentimos culpables de dejarlo incompleto.
Bueno, es normal que te ocurra esto. Y de hecho si te ocurre, es señal de que estás madurando tu gusto por la literatura y has leído lo suficiente como para crear tu propia opinión respecto a algún libro, sin importar las opiniones de los demás. Algo que ya hemos profundizado en este artículo y te invito a leerlo cuando termines este.
La realidad es que dar la razón a las masas es regresar a los tiempos en los que era un hecho que la tierra era plana porque la mayoría decía que era verdad. Por supuesto, no digo que todos los libros populares o bestsellers estén sobrevalorados, sino que es normal que en ocasiones (a veces frecuentes) estos libros estén sobrevalorados o que simplemente nuestros gustos personales no encajen con los de los demás.
La presión de los “Bestseller”
Los “bestseller” no alcanzan esa posición solo por casualidad. Detrás de un libro famoso, hay un proceso meticuloso de marketing y promoción. Las editoriales invierten grandes sumas en campañas publicitarias estratégicas que incluyen desde anuncios en medios tradicionales hasta promociones en redes sociales. Estos esfuerzos buscan captar la atención del público y generar expectativas.
Además, las críticas positivas juegan un papel crucial. Las reseñas de reconocidos críticos literarios y plataformas como Goodreads o Amazon pueden catapultar un libro al estrellato. Cuando un libro acumula numerosas críticas favorables, se crea una especie de efecto bola de nieve: más personas lo compran y lo recomiendan, aumentando aún más su visibilidad.
No menos importante es el boca a boca: las recomendaciones personales y las discusiones en clubes de lectura también contribuyen significativamente. Todo esto genera un ciclo virtuoso que convierte un título en un bestseller. Al final, es una combinación de marketing efectivo, críticas positivas y difusión entre los lectores lo que impulsa a los libros a la cima de las listas de ventas.
Influencia de la publicidad y los medios
Las recomendaciones en los medios y las listas de bestseller emergen como fuerzas poderosas en la formación de nuestras decisiones de lectura. Cuando un libro recibe atención en programas de televisión, blogs literarios o redes sociales, adquiere una apariencia de legitimidad y relevancia. Este ser la experiencia de la lectura.
La próxima vez que consideres leer un libro porque fue la recomendación de alguna plataforma o persona famosa, cuestiona cuáles son los intereses de la persona que recomienda el libro. No digo que esté mal, pero considera que al final los libros también son un negocio y se tratan como tal.
Muchas veces, estas recomendaciones vienen acompañadas de campañas de marketing muy bien orquestadas, creadas para captar tu atención y dirigir tus decisiones de compra. No olvides que detrás de cada libro hay no solo un autor, sino también un equipo de editores, publicistas y vendedores que trabajan para que ese libro llegue a tus manos.
Recuerda, tus gustos y preferencias son únicos. No hay nada de malo en apartarse de la corriente y buscar historias que realmente te apasionen, aunque no sean las más populares o recomendadas por los “influencers” de turno. En última instancia, la lectura debe ser un placer, no una obligación.
El mito de la fama literaria
En el mundo de la literatura, es fácil dejarse llevar por las portadas repletas de elogios y los rankings de libros más vendidos. Sin embargo, la fama no siempre es sinónimo de calidad literaria para todos los lectores. Aunque una obra pueda tener reconocimiento crítico y comercial, esto no garantiza que conecte con cada persona de la misma manera.
No todos los libros populares resonarán contigo, y eso está bien. La fama puede ser un indicio de éxito, pero no siempre de calidad universal.
Es importante recordar que la lectura es una experiencia profundamente subjetiva. Lo que un lector encuentra fascinante y cautivador, otro puede considerar monótono y predecible. Aquí hay algunos puntos clave a considerar:
- Diversidad en gustos personales: Cada lector tiene sus propias preferencias y expectativas, las cuales no siempre serán satisfechas por libros populares.
- Contexto de lectura: Las circunstancias en las que lees un libro también afectan tu percepción. Un estado de ánimo adecuado puede ser crucial para disfrutar de cierta literatura.
- Marketing y expectativas: La publicidad de un libro puede elevar tus expectativas a niveles que la obra en sí no puede alcanzar, llevando a la decepción.
Aceptar que los libros famosos no siempre serán de tu agrado puede liberarte de la presión de tener que disfrutar todo lo que es ampliamente aclamado.
Hablando de la experiencia, a mí me sucedio con el libro de “El Visitante” del famosísimo e infalibe Stephen King. Más de 4 estrellas y casi 30 mil reviews en good reads cuando a mí me resultó una absoluta porquería. Pero esto está lejos de significar que King es un mal autor. Es extraordinario, pero pues este fue un churro y su nombre llevó a reviews de 5 estrellas por defecto. (Opinión personal)
El valor de formar opiniones propias
Como dije en un inicio, no coincidir con la opinión popular es un gesto de que tu madurez como lector avanza. Como lectores, debemos forjar nuestros propios juicios y opiniones, y no dejarnos influenciar por las reseñas.
Poder identificar cuándo una historia es floja, que sus personajes actúan sin causas de peso, que los elementos no tienen sentido y sólo están ahí para satisfacer algo específico con la trama, y un mil etcéteras de cosas sin sentido que nos podemos encontrar en los libros populares de reseñas de 5 estrellas. Poder identificarlas, significa que tenemos la suficiente experiencia leyendo ese tipo de libros.
Es importante recordar que no todos los lectores buscamos lo mismo en una obra. Lo que puede parecer fascinante y profundo para unos, puede resultar tedioso y superficial para otros. Este ejercicio de discernimiento no solo nos ayuda a seleccionar mejor nuestras lecturas futuras sino que también enriquece nuestras conversaciones literarias.
Sentirse decepcionado por un libro famoso y bien revisado puede ser frustrante, pero es una señal de que estás afinando tus gustos. La literatura es vasta y diversa; no te sientas obligado a encajar en el molde de la mayoría. Explorar, experimentar y, sobre todo, disfrutar del viaje lector es mucho más valioso que seguir ciegamente las recomendaciones populares.
Así que la próxima vez que te encuentres en una encrucijada literaria, recuerda que está bien no gustar de un libro que todos parecen adorar. Tu experiencia lectora es única y válida. Rompe con los mitos literarios y continúa tu búsqueda del próximo libro que realmente te atrape. ¡Sigue leyendo a tu manera!
Disfrutar de la lectura sin presión social
Leer debe ser una actividad placentera y enriquecedora, no una obligación impuesta por las modas literarias. A menudo, la presión puede hacernos sentir que debemos leer los últimos éxitos de ventas o las obras más comentadas. Sin embargo, la verdadera magia de la lectura está en explorar a nuestro propio ritmo y descubrir qué nos apasiona personalmente.
Leer para uno mismo, y no para impresionar a los demás, es la clave para una experiencia literaria verdaderamente gratificante.
No te sientas mal si un libro popular no te atrapa como a otros, o si prefieres géneros que no están en tendencia. Recuerda que la lectura es una aventura individual, y lo que realmente importa es que disfrutes el viaje, sin importar qué libro tengas en tus manos.
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