A menos que estés viviendo debajo de una piedra, o que seas de las ‘elites’ de la sociedad y estés leyendo esto desde una burbuja de privilegio, ya te habrá parecido que el mundo se está yendo al traste. O tal vez no el mundo, tal vez sólo el fin del capitalismo.
Es curioso ver en los medios ‘analistas expertos’ diciendo que se avecina una crisis sin precedentes. Que si la inflación, que si la energía, que si los alimentos, que si la guerra… Pero la triste realidad es que la crisis ya está aquí, ya lleva varios años existiendo y parece que nos esforzamos en negarlo.
¿Cómo es posible que la productividad nunca había estado tan alta en la historia de la humanidad, y la carencia parece ser más difícil de mitigar que nunca? Puedes estudiar y trabajar a lo bestia, ser tan capaz en lo que quieras, y aún así no podrás ser dueño de nada. Hoy prácticamente nadie puede comprarse una vivienda sin la necesidad de endeudarse por un cuarto de vida, ya nadie se puede jubilar ni tiene forma de asegurar una vejez sin trabajo, y ya ni hablar de acceso a la salud.
Somos esclavos del trabajo, de las hipotecas, de los créditos, pero la abundancia está por los cielos. Nunca se habían producido tantos autos, electrónicos, alimentos, bebidas, viviendas, ropa, películas, series, canciones, videojuegos, y mil etcéteras. Y no es un tema de sobrepoblación, el planeta tiene para darnos a todos lo que necesitamos, es un problema de distribución, y la distribución la dicta el capital.
La gran mayoría no somos dueños de nada, y parecemos estar ‘OK’ con ello, porque tenemos la doctrina de la meritocracia y cada quien tiene lo que se merece. La vida cada vez se vuelve más difícil para los ciudadanos de a pie, y más jugosa para el que está arriba. Hay algo esencialmente roto en el sistema, que sigue evolucionando, nos está destruyendo y nadie está cambiando. Pase lo que pase, de no haber un cambio sustancial, el rico se seguirá haciendo más rico y el pobre más pobre; aumentando la distancia al irse disminuyendo las clases medias y convirtiéndose en bajas.
Y esto solamente hablando en temas socioeconómicos, por el lado de la ecología y el calentamiento global también es una historia similar. Cada vez los desastres naturales son más frecuentes y más salvajes que antes, nuevas olas de calor que no se repetían hace décadas, lluvias más fuertes y devastadoras, inundaciones, etcétera. ¿Por qué nos esforzamos tanto en negar la realidad? Vamos avanzando hacia un barranco y nadie parece estar muy preocupado.
Y aquí la pregunta no es si el ser humano va a sobrevivir o no a esta crisis. La pregunta es: ¿Quién va a sobrevivir?
Los indicadores son evidentes, y podrá sonar muy atrevido este pronóstico, pero la sociedad y el mundo no podrá seguir mucho tiempo más como está sin que haya una evidente caída del sistema capitalista. Yo le doy unos 30 años, y estoy siendo conservador, pero yo sólo soy un viejo choto que abrió un blog y se puso a escribir blasfemias, desnudo y con un letrero que dice ‘el fin del capitalismo se acerca’.
Mejor conocer la tesis del libro ‘Four futures: Life After Capitalism’ de Peter Frase, un divulgador intelectual woke de izquerda que tiene mucho más idea del tema. Imaginarse un sistema económico diferente al capitalismo es muy complicado, pero este señor armó unos pronósticos interesantes y con buenos argumentos. ¿Qué viene después del capitalismo? ¿Algo mejor, o algo mucho peor? Vale la pena echarles un ojo a estos 4 posibles futuros que se plantea para los siguientes 50 años, así que vámonos por partes:
Automatización y cambio climático: catalizadores del fin del capitalismo
Existen dos grandes aceleradores de la caída del sistema. En primer lugar tenemos la automatización, provocando que las grandes compañías puedan reducir los costos de manera significativa, aumentando la productividad y disminuyendo sus costos utilizando menos personas para ser rentables.
A ver, este punto es bastante fácil de entender, bajo el capitalismo tenemos dos entes con ideales antagónicos que deben trabajar de la mano. En la esquina derecha del ring tenemos a los empresarios que quieren reducir costos por mano de obra (entre otros), y en la izquierda del ring a los mortales que quieren hacer que sus horas de trabajo sean mejor remuneradas. Claramente, van ganando los de la derecha.
No son raros los casos de empresas que, a pesar de tener operaciones millonarias y rentables, terminan recortando a empleados por cuestión de ‘costos’. Y no importa el caso puntual en el que estés pensando, la tendencia es automatizar, automatizar, y automatizar. ¿Qué tanta automatización se podrá seguir explotando sin colapsar? Sí, puedes tener millones de procesos automatizados y rentables, pero si las personas no tienen trabajo/dinero por haber sido automatizadas, ¿Quién va a comprar esos productos producidos bajo esquemas tan rentables? Esto, a muy resumidas cuentas, es algo que se le conoce como el colapso de la demanda agregada. El dinero fluye de manera casi unidireccional de abajo para arriba, pero eventualmente no habrá nada que fluya.
Por otro lado, hay que sumar los problemas del cambio climático. Que sí, son una realidad, y si te has dado cuenta la única forma de negarlo es por medio de propaganda. Nosotros lo estamos presenciando, no sé dónde vivas pero seguro ya estarás notando que el clima está un poquito raro. Más calor de lo normal, lluvias o nevadas más largas de lo normal, inundaciones, y demás. Esas anormalidades, no son coincidencias, pero mi punto no es convencerte del cambio climático. Lo que es un hecho es que el clima es un elemento clave para producir al nivel que lo estamos haciendo hoy en día. Si no hay recursos naturales, no se puede producir.
El gran problema del sistema capitalista y la ecología, es que es un mundo ficticio que se nutre de un mundo real. El dinero puede tener el valor que tú quieras, pero al final es parte del imaginario colectivo del ser humano. Los cochinos billetes y los números en nuestras cuentas bancarias, tienen un valor de intercambio entre los seres humanos, y el ser humano (como especie) puede imprimir tantos billetes o inflar tanto los números como quiera. Ese dinero está sustentado a cierto grado por algún recurso natural finito, cuando un sistema ficticio sin techo se sustenta de un sistema real con límites, la cosa como que no hace mucho sentido.
Todas las empresas e individuos siempre apuntan a ser más, a comprar más, a vender más, a ganar más, a lo que tú quieras agregarle ‘más’ (positivo obviamente). Y si no apuntas a más, es porque tienes una mentalidad mediocre, de estancamiento. Pero ¿Qué tanto ‘más’ pueden aguantar los recursos de la tierra?
Entonces, tenemos a la automatización y al cambio climático como los dos principales villanos que van a acelerar la caída del sistema. Y si lo piensas a profundidad, los catalizadores son factores internos potenciados por el mismo capitalismo, a esto se le llama simple y llanamente como implosionar. El sistema se va a tumbar sólo, porque el ser humano está muy ocupado con sus propios problemas como para cambiar el status quo, así que el sistema se va a tumbar a sí mismo para sacar al ser humano de ese flujo destructivo (para bien o para mal). Puntos extras para el capitalismo
Y después de esta larguísima y necesaria previa a los 4 posibles futuros… ¿Qué nos queda? A raíz de lo explicado en tan excelsos párrafos, nos queda entender en el mapa el rol de 2 variables en la ecuación del desastre que dictarán los posibles futuros que Peter Frase plantea en su libro:
- Estructura socioeconómica: Jerarquía / Igualdad
- Recursos naturales: Escasez / Abundancia
Exterminismo: Jerarquía con escasez
Uy… empezamos bravos. En el libro este es el último futuro que se plantea, pero yo lo pongo al principio porque es mi artículo y personalmente prefiero que me digan primero las malas noticias. Además de que este sería el escenario más probable si las cosas se mantienen tal cual están.
‘Socialismo o barbarísmo’
Rosa Luxemburgo
Este sería el escenario más pesimista puesto que implicaría una sociedad con una ‘elite’ que concentra la gran mayoría de los recursos naturales, y esos recursos son demasiado escasos para ser consumidos por el resto. Sería ya muy tarde para intentar hacer algo por la crisis climática, y el sistema capitalista se mantendría fiel a sus principios manteniendo los recursos y el valor producido de lado del capital.
La automatización elimina en gran medida el uso del ‘recurso humano’, y las personas no tienen forma de generar riqueza ya que las elites no tienen la necesidad de utilizar mano de obra para mantener su riqueza. Habría una gran masa de personas ‘inútiles’ desde el punto de vista de los que estén arriba del sistema.
Mantener a las masas relativamente ‘contentas’, implicaría una serie de maromas por parte de los gobiernos para aparentar que la situación está bajo control, acciones como subsidios de desempleos, refugio para los homeless, y demás acciones que no son más que parches que intenten cubrir un sistema roto. Sin embargo, la escasez de recursos va a orillar a las masas a movilizarse en contra de los que tienen el control de estos poco recursos. Y lo más probable es que se tengan que incurrir a esquemas totalitaristas para mantener un poco de orden en la sociedad, incluso represión por parte de fuerzas financiadas por instituciones privadas.
Por otro lado, los ricos también tendrían la posibilidad de mantenerse alejados del caos, por medio de proyectos parecidos al que ya se proponen como el de la ciudad desértica de Arabia Saudí. O simplemente huyendo hacia otro mundo como en la película de ‘Don’t look up’ pero eso ya es un poco más lejano (tal vez). El que tiene dinero se salva, y el que no, se muere. Así de simple.
Pero bueno, este es el caso más pesimista de todos. Los que siguen pueden ser un poco más alentadores, o menos aterradores, dependiendo la perspectiva de cada uno.
Rentismo: Jeraquía con abundancia
Este escenario tampoco es muy bonito que digamos pero al menos puede ser un poco menos despiadado.
El ‘rentismo’ es el tipo de futuro que nos depararía si el ser humano llegara a superar los retos de la crisis climática, y logra mantener un buen nivel de recursos naturales por medio de energías renovables y cosas por el estilo, pero el esquema socioeconómico sigue siendo dictado por el capital. Las clases de arriba tendrán la posibilidad de seguir explotando los medios de producción y los recursos, acumulando más y sin restricciones. La automatización sigue favoreciendo sólo a los dueños de lo automatizado.
Hoy en cierta medida ya estamos viviendo un poco este esquema. Como decía en un inicio, cada vez somos dueños de menos cosas y estamos ‘OK’ con eso. A un nivel personal, vemos como cada vez son más las ‘cosas’ que no tenemos si no que más bien pagamos un acceso (o una renta) a ellas. Sí, tenemos acceso a miles de películas, canciones, videojuegos o lo que sea con todos esos populares servicios de streaming; pero sólo son accesos, en cuanto dejemos de pagarlos, se acaban.
Esos servicios de streaming pueden ser ‘insignificantes’ por decirlo de alguna manera, pero eso es el día de hoy, que las suscripciones no son sobre cosas que son estrictamente necesarias para vivir. En el futuro el sistema de suscripciones pueden ser llevadas a un nivel inhumano. Nuestra incapacidad de adquirir bienes de gran importancia, como una casa, va en aumento.
Recientemente BMW comenzó a ofrecer modelos de suscripción para que los dueños de sus autos puedan calentar sus asientos. Es algo ridículo, el auto ya lo venden con las características para poder calentar los asientos, ¿por qué el usuario (que ya compró el auto) debe pagar extra para calentarse las nalgas? Pero bueno, estos autos son de ricos y ya será su problema lo que hacen o no con su dinero. Pero imagínate que en un futuro, no tengamos ni la posibilidad de comprar un colchón, y la mejor opción sea rentarlo a empresas enormes como IKEA o algo por el estilo. Demasiado distópico pero no imposible.
Entonces en este futuro tendríamos una sociedad que lo tiene todo pero es dueña de nada. Como hay abundancia, y una regla del capitalismo es hacer utilidad con la escasez, se empieza a crear una ‘escasez artificial’ por medio de estos modelos de renta. Este tema ha sido planteado también por economistas contemporáneos como Yanis Varoufakis llamándolo como ‘Neo-feudalismo’ o ‘Tecno-feudalismo’.
Socialismo: Igualdad con escasez
Este escenario tiene las mismas circunstancias de recursos que los ya descritos en el primer escenario, la escasez se mantiene, pero la necesidad de oprimir a las masas o mantenerlas bajo un yugo por parte de las elites, desaparece. Esto definitivamente ya no tiene elementos capitalistas en el sistema, ya que como su nombre lo indica, se aplica el tan temido modelo socialista.
El reto de la sociedad sería cómo gestionar y utilizar esos recursos de la manera más optima posible. Con los avances de la automatización, principalmente de la inteligencia artificial, sería posible crear modelos viables para hacer una correcta distribución de recursos y tratar de optimizar lo producido. Manteniendo como prioridad a las personas y no la utilidad financiera.
Por otro lado, implicaría la colaboración de las naciones a un nivel igualitario. Hoy en día la riqueza entre las naciones está pesimamente distribuida. Está claro que los países de primer mundo explotan los recursos de las naciones más pobres y desestabilizadas para mantener su poder de producción y consumo. Para este escenario se necesitaría una economía planeada, y algunas naciones tendrían que renunciar a sus niveles de producción y consumo para que otras no lo resientan tanto. Filósofos y críticos del capital como Slavoj Žižek han planteado que una economía planeada a nivel global harían de este planeta un mejor mundo para vivir.
El ser humano no sería tan esclavo del trabajo puesto que los beneficios de la automatización se distribuirían, pero tampoco tendrían la libertad de consumir tanto como quieran. Dios da y quita. De cualquier forma, este escenario y el siguiente son una idea bastante utópica que hoy es prácticamente imposible siquiera de imaginar. Por defecto el socialismo y el comunismo son los malos del cuento, con esa idea crecimos y así se mantendrá. La codicia de algunos y la indiferencia de otros impiden que estos sistemas prosperen, pero este tema para otro post.
Comunismo: Igualdad con abundancia
Si ya es complicado imaginarse la vida sin el capitalismo, es aún más difícil imaginarse un sistema comunista funcional. En este escenario, el capitalismo ya hizo lo que tuvo que hacer al solucionar la escasez, y ahora distribuye los beneficios de manera igualitaria. El capitalismo fue necesario, se explotó a quien se tuvo que explotar, pero se hicieron notables logros en cuanto a producción y avances tecnológicos para que el ser humano (como especie) pueda vivir mejor.
Este posible futuro, libera a las personas del trabajo por medio de la automatización. No en su totalidad por su puesto, pero la mayoría de los trabajos que serían automatizados no estarían quitando el ingreso para subsistir a una persona. Ideas como la renta básica universal jugarían un importante rol bajo este esquema. Ya que las personas no tendrían la urgencia de tomar trabajos tan desesperados con una basura de sueldo, y podrían dedicarse a trabajar en algo que ‘los llene más’.
Para pensar viable esta posibilidad, tendríamos que salirnos un poco del pensamiento binario que muchos de nosotros tenemos: o te matas trabajando, o eres un huevón mantenido. No vemos viable la posibilidad de este futuro porque creemos que si todos tuvieran un ingreso garantizado, todos serían unos flojos mantenidos que no moverían ni un dedo por hacer algo de sus vidas.
Nadie tiene pruebas de lo que podría pasar en realidad, pero hay motivos para creer que no todos serían unos holgazanes que levantan la mano para pedir dinero y ya está. Seguro que sí habrá quienes no vayan a mover un dedo, pero con seguridad la mayoría hará algo por hacer algo productivo de su vida y aportar algo a la sociedad, sin la presión de tomar trabajos de mierda mal pagados y sin sentido. Además, si no existieran estas presiones de trabajar o morir, el estigma al rededor de las personas que no trabajan sería diferente, no sé si para bien o para mal.
Este futuro requeriría un gran cambio en la mentalidad de la gran mayoría de las personas. Pensar en el trabajo como un medio de aportar algo y no como un medio para subsistir es bastante utópico. Nuestras ideas del mérito y el esfuerzo tendrían que ser totalmente reconfiguradas, sería todo un reseteo de nuestros valores por defecto.
En fin, lo planteado anteriormente son posibilidades por supuesto. No se trata de profecías ni nada por el estilo, son futuros viables planteados con base en las tendencias que se están viendo hoy día. Y definitivamente este post se queda bastante corto explicando los cómos y los por qués, si este tema es de tu interés te recomiendo te leas el libro ‘Four futures: Life After Capitalism’. Bastantes cosas para pensar.
Muchas gracias por haber leído hasta este punto, espero que el artículo te haya resultado al menos un poco interesante. Si gustas apoyarnos puedes hacerlo compartiendo el artículo o dando clic en alguno de los anuncios que te aparezcan por ahí (porque de algo tiene que comer este cerdo antisistema que se echó este larguísimo artículo tratando de explicar algo).